lunes, 24 de noviembre de 2008

SUEÑO LARGO Y DETALLADO (2)

A todos los que me escribieron gracias por el apoyo, y en agradecimiento les dejo la segunda parte, ojalá les guste y les de risa, sobretodo...

Encuentro inesperado (Capitulo 2)

Teniendo únicamente tres miserables minutos para llegar al Jardín Planeta Mágico, me lance como inconciente a la avenida principal. Mi sentido de orientación me indicaba cada cruce, cada semáforo, cada bache y cada calle a la perfección como que si fuera mi camino diario lo conocía mejor que la palma de mi mano. Pero más sorprendente aun era la increíble naturalidad con la cual estaba conduciendo. Interiormente sabia que no tenia miedo de hacerlo pero me aterraba ser tan seguro, tal fue mi desconcierto que me pase un alto y por poco atropellar aun pobre transeúnte que tan confiadamente se atravesó en mi camino.

El reloj del estereo me indicaban ya las 18:40 horas, era un martirio saber que aun me faltaba una buena porción de camino, pero aun era mas inquietante el no saber a donde me dirigía, solo el instinto me guió.

Pude ver que en medio de la siguiente cuadra había un portón del cual salían muchos pequeños uniformados. Como las monitoras trataban de contener a esos rebeldes engendros que corrían y se retaban mutuamente a escaparse de la celosa mirada de sus mal asalariadas guardianas. Hice una pequeña cola detrás de un auto del cual al estacionarse enfrente salio un pequeño arrastrando prácticamente su pesada carga, cómo un pequeño llevaba una mochila tan grande que técnicamente era la mitad de su masa corporal, más su lonchera de los Power Rangers Mystic Force, que a leguas se notaba que aun venia cargada de la refacción que de seguro no se comió, por pura maña.

Al fin el niño con mucho esfuerzo logro subirse a la enorme camioneta trooper de montaña, que manejaba la que parecía ser su progenitora. (Por no decir su madre). Ya que la muy acomodada señora no movió ni un dedo, a pesar que su hijo batallaba con semejante mochila, cargada de muchos libros y cuadernos que de seguro no utilizaba día a día, más sin embargo era requisito del colegio que los llevara todos.
La muy desconsiderada señora no dejo por un segundo el celular con el que chachalaqueaba tan amenamente, y pelaba su tan farsante carcajada sumada a su look de vieja de elite, súper fufurufa por no decir caquera. Clásicos lentes oscuros Gucci que más parecían lentes para soldar metal. Sus uñas acrílicas de salón, con su respectivo corte de cabello alto grafilado con sus rayitos oxigenados.

Estaba tán a gusto deleitándome de la superficialidad de la tipa, cuando de repente la puerta trasera de mi recién adquirido vehículo se abrió abruptamente. Tal fue el susto que mi primera reacción fue darme vuelta de un brinco y subir las manos para cubrirme el rostro, del seguro balazo que me esperaba en la cara, después de que la policía tuviera la notificación del auto robado.

- ¡Arriba las manos! -

Seguido de una carcajada, que difusamente podía distinguir por los latidos de mi corazón. El bombeo de sangre me llego al cerebro tan rápido que me desoriente completamente, hasta pude ver luces blancas que poco a poco se iban desvaneciendo...

La figura que borrosamente podía distinguir se fue aclarando, cuando pude recobrarla finalmente, cual fue mi sorpresa de que una niña que se retorcía, agarrándose el estomago y con lagrimas de regocijo del susto que casi me ocasiona un infarto.

Viéndola detenidamente, gracias a un par de colitas que descubrían su rostro, pude reconocer ese par de ojitos, era la niña que estaba en el descansapantallas de mi celular, sin embargo con más edad que la foto. Vestía la clásica faldita a cuadros paletoneada, abajo un short para cubrir su falta de pudor que efectivamente pude comprobar por el modo en el que carcajeaba y dejaba ver todo. Su blusita blanca cubierta por una especie de gabacha amarilla, manchada ya muchas veces de tempera de colores y embarrada de plasticina en los costados.

Era una niña preciosa, ningún modelito de shampoo de manzanilla, simplemente una pequeña de tez morenita, con cabello oscuro, ojitos pequeños y risueños, una filita de dientecitos separados de seguro aun de leche rematados por un par de labios rosaditos; aun con migajas de alguna galleta o pastelito de su refa.

- ¡Perdón papito (carcajadas y jadeos), hasta te quedaste todo blanco.....jajajajajaja! -

- ¿Qué me dijiste? -

- ¡Que quedaste todo blanco!-

- No antes de eso...?

- Papito.....daaaa...! (Mueca de burla).

- Ya te dije mil veces que no se le hace daaaaaa a los mayores...- (Imitando su misma mueca).

Un momento. Acabo de regañar a la niña con una reacción tan instintiva que ni siquiera me di cuenta. Ella aun con su sonrisota de maldad, se me quedo viendo fijamente sin ningún temor. Estiro su brazo para cerrar la puerta del auto. Y dio un jalón tan fuerte a la puerta que hizo que retumbar todo el interior del mismo.

-Tené cuidado!! Ya te dije también que no somates la puerta del carro…!

Sucedió de nuevo, otra vez reaccione abruptamente y le di un grito tan fuerte que al terminar la frase ya me había arrepentido del modo en que se lo dije. De pronto esa sonrisita de travesura se vio borrada de golpe por una carita de susto. Una cara que hizo que me sintiera el ser más despreciable de todo el planeta.

-Perdón papa… se me olvido…

Lo dijo tan calladita que apenas pude escucharla, pero peor aun fue verla como agacho la mirada y con la trompita parada suspiro profundamente. Mi conciencia humana me indico la gran falta que había cometido en ese instante para con la criatura. Y con un poco de miedo decidí hacer lo que cualquier padre normal haría en mi lugar. SOBORNARLA para que me perdonara.

- Perdón mi cielo es que como me asustaste me quede, así… todo menso y por eso te grite. Si me perdonas, pasamos comprando un helado ¿si?

Sin embargo, a pesar de mi generosa oferta su cara seguía siendo la misma, y peor aun, volteo la mirada hacia la ventana con los ojos acuosos, y volvió a suspirar, como acumulando aire para empezar a llorar. Aun más terrible fue lo que me dijo después…

-Le voy a decir a mi mama que me gritaste, por que tú nunca me gritas-

Eso fue tan bueno como a la vez malo. ¿Por qué?, pues por que eso indicaba que yo jamás le había levantado la voz, Pero malo, que le había faltado al respeto a la que en ese momento técnicamente era mi hija, por primera ves en su vida la había agredido verbalmente y me lo hizo notar por la carita de susto y de tristeza que expresaba en ese instante. Realmente comprendí lo que tenia que hacer… Sobornarla con algo más grande aún…

- Ala mi amor perdoname ¿Siiii?, si queres mejor pasamos al Mc Donalds, ahorita creo que están unas muñequitas bien bonitas en la cajita feliz…-

Por un momento no adivine su reacción, su mirada paso de ser melancólica a seria. Con la mirada más fría que un niño de esa edad pueda formar, me hizo una especie de desprecio. Volvió su mirada de nuevo a ala ventana y me dijo…

-Además… No solo me gritaste sino que también viniste tarde otra vez… Y me prometiste que hoy si venías rápido…-

Justo lo que falto para destrozar la poca dignidad que me quedaba. Bueno papa, es hora de sacar la artillería pesada…

No seas así mi amor… Discúlpame te juro que jamás lo vuelvo hacer, además si mal no recuerdo hoy es fin de mes, y ya me pagaron, y talvez… Yo no se, si tu quereeesss… (Haciendo cara así como de tonto culpable y viendo para arriba) Podemos pasar al Hiper, y pasamos viendo que muñecas nuevas hay…

De repente la mirada seria que tenía se torno de nuevo en tristeza. ¿Qué paso? Se suponía que en ves de alegrarla estaba reaccionando al contrario, en ese momento pensé que a su tierna edad ya estaba ofendiendo su dignidad como personita, y como yo me atreví siquiera a pensar que una ofensa a su autoestima iba a ser compensada con materialismos vanos. Me sentí el ser mas sucio y deplorable del universo entero. Decidí reorganizar mi estrategia ya que eso no estaba funcionando, así que pensé que una real, sincera disculpa era la única solución viable. Pero…

-Y también le voy a decir a mi mama que te le quedaste viendo a la señora esa que estaba enfrente y que por eso no llegaste hasta el portón y que por eso yo me tuve que salir corriendo hasta el carro, y que por eso cerré la puerta duro y tu me gritaste.

Un momento. ¿Cómo de pronto ahora estaba a merced de mi propia hija?. La pequeña de apariencia tierna y frágil de pronto se convirtió en una implacable inquisidora que estaba prendiendo fuego a la hoguera que estaba destinado. En ese momento comprendí que lo que estaba pasando realmente es que caí en su jueguito. Tenia tres faltas acumuladas en mi contra, y tan tontamente quede a su completa voluntad.

Me doy por vencido, perdí la batalla de la cual pensé que iba a salir vitoreando. Pero solo quedo decir la frase más peligrosa en la historia de los padres e hijas.

-Baya pues… ¿Qué queres?-

La tristeza, la seriedad y hasta una pequeña lagrima que rodaba por la mejía de mi abogada litigante se vio mágicamente esfumada hacia el olvido. A su vez solo quedo una sonrisita tan malévola como a la vez adorable.

Señoras y señores he perdido la batalla…

Continuara...el otro lunes supongo

2 comentarios:

Julio Alfaro dijo...

Soy el primero en leer y comentar el capitulo 2,me llego lo descriptivo del ambiente, asi como la señora de lentes no contribuia a la historia, pero me hizo ver la escena de la espera, muy buena, el cerrado de la puerta me recordo cuando cierro la puerta del Gamer!!, el ending de este capitulo deberia tener aquella cancion de "que es lo que quiere la nena.." jajajaja.

Bueno espero el proximo lunes!!

birdman dijo...

jajajaja, pobre de vos mano, esa tu hija si salio buena. no me imagino con que cosa te va a salir para que la perdones pero de lo que si estoy seguro es que de plano que si te le quedaste viendo a la señora que de plano tenia cara de asiatica y por eso no le pusiste coco a tu "POBRE" hija (jijiji, esas mañas las prendio de su mama).

muy buen post, a ver como termina la cosa.

saludos morlikcin.